martes, 12 de agosto de 2014

Conejos blancos

Muero de ti,
de angustia de tu ausencia prolongada,
de los días que faltan por que vuelvas,
de los tiempos en los que la espera engaña.

Muero de ti,
muero de tristeza,
aguardo en la penumbra tu llegada,
por nombre tatuada tengo tu presencia,
y las horas en las que los conejos jugaban por la casa desolada.

Se han cerrado las puertas, me acorralan,
en este lado del mundo tengo frio.

Y ganas de partir y de perderme,
de perderme a tu lado y en tu auxilio.