Sentada a la orilla del camino, mirando al oriente, ese que se levanta en la ventana de este piso 12,
mirando llegar e irse aviones, contandolos... Nunca mas de cinco al tiempo, nunca menos de dos...
Parecen estrellas, pequeños destellos de aquella magia inegable que alguna vez habito aqui....
Miro la luna, y trato de reconstruir lo poco que queda aqui, lo poco que sigue en mi.
Como cambia la vida, como cambia el mar, el clima, el amor.
Y me pregunto donde saque esa facilidad para enredarlo todo, para meterme en problemas.
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