
Pasaste a ser un ciudadano del mundo,
siempre preguntándote que haces allí, cual es realmente tu lugar. Con tu
corazón partido y la maleta siempre lista, buscando que este ligera para cuando
llegue el día de volver.
Pero ya no volverás, aunque regreses, pues estas calles ya no
lucirán a tus calles, y serán sólo ese recuerdo desdibujado guardado con llave bajo el colchón. Y lo sabes, ya lo habíamos hablado esos personajes que se desdibujan junto con sus recuerdos nunca fuiste de aquí y jamás formarás parte de allí. Eres solo ese ser foráneo que invade sus tierras, que cambia sus costumbres, que usurpa sus puestos, y tú que sólo fuiste en busca de tu sueño siguiendo al corazón, te preguntas, porque no eres feliz.
En este lado del planeta, este pequeño, joven e inexperto lado del planeta, existen almas que te extrañan, seres que te entienden, seres que te envidian y seres que tú no conoces, pero te necesitan. Necesitan que hagas patria, necesitan que abras puertas, que seas tú y nunca dejes de ser tú.
Y tú necesitas dejar de añorar lo que no tienes y empezar a vivir como el ciudadano del mundo que ahora eres.
Vuela, vuela alto, vuela sin mirar atrás pero nunca olvides o reniegues de ese atrás, porque todo lo que eres es gracias a esos kilómetros de vuelo, a esta pequeña isla, a ese paraíso oculto, el secreto mejor guardado de nuestros tiempos.
"El camino más corto no es siempre el más recto, sino el que tiene el viento a favor de nuestras velas" El caminante y su sombra (Friedrich Nietzsche, 1879)
ResponderBorrar