El mundo con su azul en la mañana, con su amarillo al medio día y
sus rosas en el ocaso.
El mundo que nos enseña cómo dejar ir y solo ser, con la simpleza
de sus encantadores días.
El mundo, que por cada capricho nos muestra su verdad.
El viento que nos trae los recuerdos, pero también nos trae olores
nuevos.
La arena y la inmensidad Del Mar. el azul en todas sus gamas.
Y el amor, en los ojos de los viejos y los niños. De esos viajes
que haremos, esos mundos que estamos destinados a conocer.
El amor, que es más grande que el desear con todas tus fuerzas que
los otros estén bien. No se trata del deseo, ni de realizar tu mejor esfuerzo,
o de invertir tu energía.
No se trata de ti o de los otros, o de los planes majestuosos del
universo o de cualquiera de los Dioses.
El amor, como motor de cambio, como guía, como inspiración o luz.
El amor, como desprendimiento, como entendimiento, como fuerza,
como una palabra, como idioma universal.
¿Puedes amar sin amarte? ¿Sin entenderte? ¿Sin gobernarte?
¡Prefiero hacerle el amor a tu cerebro! En los laberintos de
quienes prefieren interactuar. Pero solo se puede si tú también lo
prefieres.

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