viernes, 4 de agosto de 2017

¿Te asusté?

¿Vez como el mundo a veces es solo ese pedazo de cielo que nos dejamos ser? ¿y cómo las nubes las estrellas, el sol, la luna, lo son todo y son nada dependiendo de quien las ve?

Aunque existen momentos en los que no vemos, no lo notamos, días que no son días, pasando sin vivirlos, como maquinas, desapercibidos. Viernes que parecen lunes, y lunes que no son. 

¿Te asusté? te lo advertí, no podés leerme como a los demás. Yo también estoy entre la espada y la pared, en la mitad de la nada y encima de todo. 

No voy a querer a medias, ni a vivir a medias, ni a jugar un juego que no quise jugar jamás. No necesito que me extrañes o me desees, yo solo quiero ser. 

No es que yo sea así, o no sea. Simplemente gusto de las personas que disfrutan de la sinceridad, de no andar de rodeos, jugando a las señales y a aparentar.

Para dejártelo claro, yo no te estaba buscando, ni te estaba coqueteando. Yo solo estaba siendo.

Para dejártelo claro, vivo de investigar a los otros, analizar datos, predecir al mundo. Me divierte ver cómo me equivoco, ver que seguimos siendo humanos. 


Para hacértelo fácil, creo que algo en ti brilla con una potencia provocadora. No son tus labios, si no tus palabras las que llaman mi atención. ¿Curiosidad? No lo sé, simplemente ahora vibras en una frecuencia que alcanzo a ver. Y el reflejo, me gusta. 

  




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