Soy esa parte de ti que nunca escuchas,
esa melodía que suena para que puedas hablar.
Y ya no tenemos más charlas entre sabanas, a la final entre los dos ya ni eso hay.
Recuerdas?, Cuantos ratos a la sombra esperamos pacientemente por ese instante de amor.
Mi costumbre de confesarte mi vida en el lugar más vulnerable, porque yo allí me sentía protegida, resguardada.
Mi costumbre de no tener costumbres, de seguir mi instinto aunque sea seguro que perderé el alma.
Y me perdí, en tus curvas, en tus poros, en tu cuerpo desnudo, en tu alma.
Me perdí en la melancolía que trae cada mañana, cada espacio, cada silencio. Tienes razón, soy adicta a esto que siento, y busco de cada detalle, de cada acción extraer lo poco o mucho que tengan de desolación.
Y la veo en cada atardecer, en cada esquina, cuando alguien no cruza la calle por la cebra, cuando alguien me pisa, cuando no existe sentido común o cuando exceden el sentido común. Cuando la gente sigue su vida sin tener en cuenta la mía, o cuando olvidan detenerse en los instantes.
Esa es mi vida, extraer de cada pequeño detalle algo que me lleve a la melancolía.
No sé qué es el amor, y repites tan seguido que ya no te vas a enamorar, que he terminado por aceptar que esto y eso no es nada parecido al amor.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario