Yo sé que no lo notas, pero hablamos en sueños.
También hablamos cuando estoy a
punto de dormir, y te cuento lo magnifico que ha ido el día.
Tu no necesitas contarlo,
porque no importa que haya hecho el mundo,
al pasar por tu portón todo
vuelve a ser perfecto.
Como la noche bajo la luz de la
calle y el azul neón de tu radio.
Volviendo a mí, te hablo justo
antes de dormir,
hablo bastante, repito aquella
noche todas las noches,
y te cuento cada vez algo distinto,
rearmo ese instante para buscar
los detalles.
Como juntando un rompecabezas,
tengo algunas piezas,
otras he tenido que
construirlas desde cero,
no me ha dado la memoria.
Sé que no lo sabes, pero aún no
te he contado porque me acerque,
algunas noches quiero hacerlo,
justo antes de que llegues, siento que esa es la noche.
pero luego me pierdo en los
detalles del día,
en tus ojos, en tu mano
extendida y decido que talvez no es el momento
y me dejo llevar de nuevo, y no
lo cuento.
También pretendo preguntarte
que era aquello que probaríamos,
pero prefiero entretenerme en
otras cosas,
ya tendremos tiempo para preguntarnos,
que era aquello que queríamos
de nuestras vidas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario