domingo, 30 de julio de 2017

Mariposas

Te extraño un monto. Nos extrañó un monto.
Nuestras cartas en francés, los aquelarres, el básquet, nuestra vida, 
if you can dream it you can do it

los helados de arequipe y mora, las esquelas que jamás te entregue, 
los regalos que no te di, 
las palabras que me guarde. 

Extraño mentir para poder quedarme más tiempo contigo, 
sentarnos en tu cuarto a escuchar a Maná. 

Los masajes en la tina, los merengues de vodka, tu sonrisa impregnando todo aquello que tocas. 

Extraño tus cartas, tus detalles.
Acompañarte a la conquista y a la derrota. 
Esconderme detrás de la escalera para solo estar allí y abrazarte, 
y olvidar como siempre, olvidar sin olvidarnos. 

Extraño las mariposas que siempre andaban entre tú y yo, 
friendzone

en tus escritos, en tus dibujos, en tus adornos, en ti. 

Extraño que te confunda, darte mi mano, sentirte solo aquí, y que el mundo no importe. 

Extraño al más real de mis amores, al más genuino. Tus primeras veces, y todos los cuentos que me sonrojaban. Jamás conté las mías, y tu morías de celos, porque siempre creíste y aun crees, 
que eso lo hice con alguien más. 

No es eso, soy yo, que siempre me las di de diferente, 
que siempre creí que podía con el mundo sola. 

Y seguramente es así, pero no quiero sin ti. 

Te extraño, aunque te entiendo. 

Igual, igual te extraño. 

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